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Compartir responsabilidades en el cuidado

En el momento que una persona necesita ayuda para su cuidado, ya sea en el hospital o en su domicilio, se presentan muchos retos. Y uno de ellos es precisamente el saber compartir responsabilidades en el cuidado.

Esta situación puede poner a prueba la paciencia de cada familiar involucrado, lo que al mismo tiempo puede generar tensión. No obstante, también se presentan muchos retos en los que la unidad familiar se puede ver reforzada.

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Optimismo y unión es la clave para compartir responsabilidades en el cuidado

Como muchas cosas en esta vida, se puede ver el vaso medio vacío o medio lleno. Y todos estaremos de acuerdo en que siempre es mejor ver la parte positiva de la vida. Los conflictos que puede generar el cuidado de un familiar, y que probablemente generará, son fáciles de resolver si todos ponemos de nuestra parte a la hora de hablarlos. De lo contrario, podrías acabar padeciendo el síndrome del cuidador.

Las familias que se muestran unidas y se ayudan en las adversidades tendrán más fácil la solución a los problemas que puedan surgir. Aquellas familias que, por el contrario, acostumbran a no tener una buena comunicación o a solucionar los problemas individualmente, tendrán un reto mayor frente a ellas. Lo más importante es apoyarse mutuamente y tratar de afinar la empatía. También ayuda conocer con antelación algunos de los problemas más habituales a la hora de cuidar de un familiar.

 

Problemas que pueden surgir en el reparto de tareas de cuidado

Cuidar de una persona requiere realizar una serie de tareas. Una de ellas, es precisamente la que atañe a las funciones y tareas del acompañante de hospital. Esas y las tareas de cuidado en el hogar, al mismo tiempo, hay que distribuirlas de manera que no recaiga todo el peso en el mismo cuidador. En este punto pueden surgir conflictos en el reparto de tareas, y por eso te queremos explicar a qué situación debes hacer frente.

 

Reparto desigual de tareas

Una de las problemáticas que puede ocasionar en un familia el cuidado de una persona necesitada es el reparto desigual de tareas. Ocurre cuando un miembro de la familia adquiere la total, o casi total, responsabilidad de los cuidados del enfermo. En la mayoría de ocasiones, el resto de miembros de la familia no se da cuenta de esta situación hasta que es demasiado tarde.

En la persona que toma la iniciativa puede hacer que aparezcan el estrés, la frustración o el resentimiento. Lo mejor es comunicar al resto de la familia cómo nos sentimos si eso nos ocurre. Con la mayor tranquilidad posible exponer nuestros argumentos y explicarles, mediante una charla calmada, la realidad de quién carga sobre sus hombros el peso de la responsabilidad.

 

Quién toma las decisiones

Otro de los grandes focos de conflictos suele ser la toma de decisiones. Cada persona somos un mundo y, por ello, cada persona puede tener una opinión diametralmente opuesta a la nuestra. Lo cierto es que entre toda la familia hay que tomar decisiones que son importantes en el campo económico, médico o logístico. La conversación desenfadada siempre ayuda. Y la transparencia más absoluta fomentará que no surja la desconfianza o la duda.

Quizás todos tenéis razón y todas las opciones propuestas son viables. En ese caso, lo mejor es encontrar un punto común entre todas ellas. Las discusiones van a llegar, lo relevante es cómo solucionarlas. Y más que nunca, la flexibilidad será algo crucial para superar positivamente los altibajos.

 

Roles familiares en el pasado

Por otra parte, el cuidado de un familiar enfermo puede traer al presente viejos roles familiares del pasado. Esto ocurre, sobre todo, en el cuidado de los padres. Aunque todos los hermanos y hermanas vivan ya con sus respectivas familias, el cuidado de tus padres puede hacer resurgir viejas conductas de la adolescencia. Es algo natural y no está mal que ocurra. Lo que sí estaría mal es que nos dejásemos llevar por estas conductas y dejar que ellas marcaran las decisiones.

Si la carga de trabajo es muy grande o el tiempo disponible para el cuidado del enfermo no es el suficiente siempre puedes recurrir a amigos. Si son amigos de verdad te ayudarán en todo aquello que necesites. Pero lo cierto es que no podemos pedirle a nuestro mejor amigo que cuide de nuestro padre de manera recurrente. Sería abusar de su amistad. Pero existe todo un abanico de posibilidades que nos hacen más fácil la vida en este sentido.

 

Familiados te ayuda a aliviar la carga en el cuidado

En Familiados ofrecemos un servicio de cuidadores de calidad y de total confianza. Con nuestros servicios podrás tener cubierto todo aquello a lo que tú o tu familia no llegáis. Cuentas, además, con un seguro de responsabilidad civil, lo que hará que tengas esa tranquilidad que hace falta en situaciones como esta.

Si algo te podemos aconsejar es que no tienes que esperar a que se generen rencillas entre los familiares. Programa reuniones periódicas con todas las personas implicadas en el cuidado del enfermo y así todos tendréis oportunidades para comentar lo que sentís y los posibles fallos que hayáis identificado.

 

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