Una de las peores experiencias que se pueden vivir es tener a un familiar en el hospital. El no tener la manera de ayudar de primera mano genera ansiedad y estrés, sobre todo cuando tu familiar es ingresado en la UCI. Son momentos difíciles para el paciente y los familiares, en los que hay que saber mantener la templanza y el ánimo.
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Consejos para cuando ingresan a un familiar en la UCI
Mucha es la incertidumbre que se experimenta en un ingreso a la UCI y por eso queremos darte algunos consejos para que sepas cómo actuar ante una situación similar. Las siglas de la UCI, recordemos, se refieren a la Unidad de Cuidados Intensivos de un hospital. Estos servicios disponen de todo lo necesario para cuidar a pacientes de pronóstico grave. Es por ello que disponen de personal muy especializado y equipamiento puntero.
Por desgracia, durante la pandemia hemos oído hablar mucho de las UCI, ya que estaban siendo ocupadas por pacientes de coronavirus. Tanto en aquellos casos como en otro tipo de dificultades, el paciente pasa por momentos muy difíciles. Y los familiares, por extensión, sufren la impotencia de no saber cómo llevar la situación. Sigue estos consejos si se da el caso de que ingresan a algún familiar en la UCI.
No te olvides de tu descanso
Acompañar a un familiar o amigo en la UCI agota física y mentalmente. Si no recuperas la energía no vas a ser capaz de ayudar para manejar todos los requerimientos que conlleva esta situación. Por este motivo, busca un momento para evadirte, descansar todo lo que puedas y dormir las horas necesarias.
Es mejor resolver tus dudas
Como hemos hablado anteriormente, son muchas las dudas que se forman alrededor de un ingreso en la UCI. La mente, en estos casos, sube de revoluciones y genera al mismo tiempo mucho ruido de fondo que acaba por aumentar el nerviosismo. El personal de la UCI está acostumbrado a estas situaciones, así que no sientas miedo a preguntar tus dudas. Ellos sabrán cómo tranquilizarte y te darán la información que necesitas para saber en todo momento qué esperar.
No crees una coraza alrededor de tus sentimientos
Nadie está hecho de piedra. Por muy fuerte que creas que eres, hay sentimientos que es mejor no reprimirlos. No, al menos, por mucho tiempo. De lo contrario al final pueden verse empeorados y caer en depresiones. En pocos días vas a experimentar frustración, ira, tristeza, alegría y otros muchos sentimientos. No guardes todo ese cóctel en tu interior y abre la coraza a personas externas de confianza. Sacar lo que llevas dentro te ayudará a seguir manteniendo la esperanza y la energía necesaria.
No dejes de lado una alimentación saludable
Falta de tiempo, menos horas de sueño de calidad, preocupación… Tu vida da un vuelco de 180 grados cuando ingresan un familiar en la UCI, pero si a eso se le suma que descuidas tu alimentación, el resultado puede acabar siendo peor. Si no comes saludable el resto de frentes abiertos se intensificarán, por lo que todavía te sentirás más débil, más irritable y con peor humor. Intenta evitar la comida rápida rica en grasa y procura comer comida casera basada en frutas, vegetales y productos de calidad.
El sedentarismo no ayuda
El día a día deja poco espacio para actividades como el deporte. Y en los casos en los que debes pasar mucho tiempo en el hospital, menos todavía. Eso no implica que no puedas hacer pequeñas actividades para paliar esa falta de actividad. Utiliza las escaleras en vez de los ascensores, muévete andando o en bicicleta en vez de hacerlo en coche si las distancias te lo permiten, haz sentadillas o algún tipo de ejercicio en ratos muertos. Todo ayuda para activar los músculos y poner el cuerpo a punto para soportar un ingreso en la UCI.
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