Es normal tener nerviosismo el primer día de trabajo. Para los cuidadores de personas mayores en el hogar, especialmente, no es como otros trabajos. La diferencia es que, básicamente, estás entrando en la casa y en la vida de personas desconocidas, donde la confianza lo es todo y los recelos están a la orden del día.
Aparecer en el espacio personal de alguien sin seguridad puede acabar resultando ser una situación incómoda tanto para el cuidador como para la persona que vas a cuidar.
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Qué tener en cuenta en tu primer día de trabajo como cuidador de personas mayores
Debes ser sutil y amable tanto con la persona que vas a cuidar como con sus familiares. No te comportes bruscamente y ten la mente abierta para conocer el entorno y las necesidades de la familia desde el principio. Esto hará que sea más probable comenzar a construir una relación de confianza desde el primer día.
Utiliza los siguientes consejos para que tu primer día como cuidador de adultos mayores transcurra de la mejor manera posible.
1. Conoce de antemano a la persona mayor que vas a cuidar
Venir preparado con cierto conocimiento de la persona puede ayudar a reducir la incomodidad y las sorpresas del primer día.
Averigua el tipo de tareas con las que necesita ayuda. Esto es, si busca cuidado personal o más bien cuidado de compañía. Además de ello tendrás que saber cuáles son sus expectativas y qué cualidades busca en un cuidador. De igual modo no dejes de interesarte por sus gustos, lo que le gusta y no le gusta y cómo se llaman las personas de su círculo más cercano.
2. Observa cuál es la dinámica familiar
Debes prestar atención a cómo interactúan los familiares con la persona que cuidas. Piensa que se pueden dar diferentes casos, como por ejemplo que cuides de un cónyuge con cierta dependencia que vive con un cónyuge sano. En estos casos es tan importante dar apoyo a la persona que cuidas como al adulto mayor sano. Uno porque quizá no quiera recibir ayuda y la otra persona porque es vital enfatizar para que te vean como un pilar fuerte de ayuda.
En el caso de que la persona mayor tenga deficiencias cognitivas, es necesario idear estrategias que te ayuden a tener el beneplácito de ambas partes.
Otro caso que se puede dar y que tienes que tener cautela es la relación con las hijas o los hijos adultos. A veces pueden resultar ser un impedimento para el cuidado del adulto mayor, por lo que hay que saber cómo manejar esas relaciones. De lo que se trata es de tener respeto y preguntarles cuáles son sus expectativas hacia ti.
3. No tengas miedo a preguntar
Asumir que sabes lo que necesita una persona mayor o su familia puede crear problemas, especialmente si hay una discrepancia entre sus expectativas y lo que crees que necesitan. De ahí que debas preguntar explícitamente a la persona que cuidas o a sus familiares. Es muy importante saber preguntar y saber escuchar, porque no obtener la información completa y precisa te llevará a cometer errores.
Esfuérzate por tener una comunicación honesta y transparente. Al fin y al cabo, lo más importante es que se sienta escuchado y apreciado.
Prueba a hacer estas preguntas iniciales para un mayor conocimiento de la persona. Esto sin duda te ayudará a construir una buena relación y asegurar el éxito:
- ¿En qué puedo ayudarte?
- ¿Tienes algún miembro familiar cercano?
- ¿Cuáles son tus actividades favoritas?
- ¿Has tenido alguna experiencia previa con un cuidador?
- ¿Cuál es tu rutina y horario diario?
- ¿Cómo puedo mejorar tu vida?
- ¿Qué te gusta hacer?
- ¿Qué te hace feliz?
4. Una actitud correcta como carta de presentación
La mejor manera de abordar un nuevo trabajo de cuidador de personas mayores es presentarse con una buena actitud. Una buena manera de hacerlo es estar presente y escuchar al paciente y a los miembros de su familia. Busca la empatía y escucha todo lo que te tienen que decir.
Como cuidador debes dejar los problemas fuera, ser flexible y aportar tu experiencia, amor y alegría. Es importante tener en cuenta que estás allí no solo para ayudar con las necesidades físicas o mentales de la persona. Lo emocional también cuenta, y mucho, por lo que además de ayudar con las tareas diarias, analiza cómo puedes mejorar la calidad de vida de la persona que cuidas.
Es importante tener en cuenta que esta puede ser la primera vez que la familia tiene un cuidador en su hogar. Debido a que esta es una experiencia completamente nueva, es mejor abordar la situación como si fuera un invitado en su casa.
5. Interésate y haz preguntas al finalizar el día
A medida que el primer día de cuidado llega a su fin, es muy interesante tomarte unos minutos para hablar con la familia para saber cómo se han sentido con tu presencia y cuidado. De esta forma aprenderéis mutuamente, y al mismo tiempo sabrás si tienes que actuar de una manera diferente.
De igual manera, hay preguntas muy buenas para realizar antes de marcharte que ayudará a crear una buena sinergia. Preguntar si hay algo que quieran que hagas antes de irte ese primer día hará que te ganes su confianza. En el caso de que tu primer día no haya sido el ideal, no te preocupes. Es algo que se gana con el tiempo y con un diálogo abierto y honesto.
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