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Día Mundial del Trabajo Social

Hoy en Familiados queremos celebrar con todos vosotros en Dia Mundial del Trabajo Social. Una labor que desempeñan miles de personas en todo el mundo, con el fin de mejorar la vida de las personas que les rodean. 

Esta efeméride fue creada en 2008 por la Asamblea Mundial en Salvador de Bahía (Brasil). El trabajador social se define como una persona que detecta la realidad de las comunidades, busca soluciones a sus problemas y aprovecha las oportunidades del entorno para hacer que las familias, vecinos o miembros de un conjunto social, vean una mejora positiva en su realidad.

La labor que realiza un trabajador o trabajadora social es la de detectar las carencias o desafíos que enfrentan las personas miembros del colectivo de interés y ayudarles a conseguir soluciones a sus necesidades.

El colectivo de las residencias

Desde Familiados queremos dar a conocer de forma concreta la labor que realizan las trabajadoras sociales en las residencias de personas mayores. Para ello hemos querido contar con el testimonio de Raquel, trabajadora social en las residencias de Olite y Marcilla en Navarra y Marta, directora y trabajadora social en la residencia La Angélicas de Barcelona. 

En el ámbito de las residencias, para muchas personas el papel del trabajador social puede pasar desapercibido, ya que no tiene una labor tan conocida como la que puede llegar a desempeñar una enfermera o un fisioterapeuta. Pero lo cierto es que realizan una labor fundamental para que los residentes puedan residir de forma cómoda y agradable en las residencias. “Realizamos labores muy diversas, desde los acompañamientos, la planificación del día a día de los residentes, hasta la constante comunicación con las familias de los residentes. Nuestros días son muy cambiantes”, afirma Raquel, trabajadora social en las residencias de Olite y Marcilla. 

La comunicación con las familias es una parte fundamental del trabajo social dentro de las residencias. “Dentro de las residencias, la labor del trabajador social es ser el punto de unión entre familiares, residentes y residencias. Estar en constante comunicación con todos ellos, con el objetivo de que todos puedan convivir de una forma confortable”, apunta Raquel.

Raquel hablando con una residente.

Labor de equipo

Dentro del organigrama de una residencia, cada trabajador cumple con su labor en función de la profesión que desempeñen. Sin embargo, por encima de todo esta un equipo de profesionales que se esfuerzan por hacer mejor la vida de los residentes. “Creo que es fundamental hacer equipo con los compañeros de la residencia, remar todos en la misma dirección y apoyarnos en los momentos de dificultad que hemos vivido, sobre todo en estos últimos dos años”, reconoce la trabajadora social en las residencias de Olite y Marcilla.

La vocación, un factor fundamental

En un trabajo en el que hay que cultivar la paciencia y dedicar mucho tiempo a los residentes, la vocación del trabajador social se antoja como algo fundamental a la hora de afrontar el día a día y sus dificultades con ganas e ilusión. “Para mi es muy importante el tiempo que les podamos dedicar a las personas de la residencia, hay que darles la atención que merecen, es un trabajo muy agradecido”, afirma Marta, directora y trabajadora social en la residencia Angélicas de Barcelona. 

Marta trabajando desde su despacho.

Por todo ello, tener vocación para ayudar e implicarse con los residentes es algo fundamental a la hora de realizar la labor del trabajador social. “Creo que la vocación de un trabajador social es fundamental. Sin ella, sería imposible realizar nuestra labor durante un periodo de tiempo prolongado. Hay que tener vocación para desempeñar este trabajo con gratitud y a gusto con uno mismo”, concluye Marta.