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Los personajes Disney y sus trastornos mentales

Dicen que los dibujos animados son para los niños, para los más pequeños de la casa. Y el actor principal de la industria es sin duda Disney, un coloso que lleva décadas animando las vidas de los niños y los no tan niños. Sus historias son infantiles, si bien es cierto que gracias a la compra de Pixar sus historias se han vuelto más adultas y maduras, enseñando cómo afrontar la muerte de un familiar (Coco), cómo entender el valor de los sentimientos del ser humano (Del Revés) o incluso cómo dar el paso de la niñez a la edad adulta (Toy Story).

Hoy os queremos hablar de los personajes Disney y los trastornos mentales que padecen. Viniendo de personajes de dibujos animados suena extraño, y de hecho probablemente no hayamos pensado nunca sobre este tema, pero conforme leamos los diferentes casos enseguida veremos que los dibujos, al igual que las personas, también sufren enfermedades.

El síndrome de la Bella Durmiente

El síndrome de la Bella Durmiente se conoce como síndrome Klene-Levin, un trastorno neurológico que se caracteriza por periodos de excesivo sueño, llegando incluso a durar meses. En ese tiempo se pueden sufrir alteraciones de comportamiento y amnesia.

Precisamente la Bella Durmiente cae en un profundo sueño tras pincharse el dedo con una rueca, y no despierta hasta la llegada del príncipe cuando la saca del sueño con un beso.

 

Bella y el Síndrome de Estocolmo

El Síndrome de Estocolmo es un trastorno psicológico en el cual la persona que ha sufrido un secuestro acaba sintiendo un vínculo afectivo con su secuestrador. En el caso de la Bella y la Bestia, y para rescatar a su padre secuestrado, Bella se intercambia con él y acaba viviendo con un ser mitad hombre, mitad bestia. No sólo eso, sino que al final tanto él como ella acaban enamorándose.

 

El Síndrome de Alicia en el País de las Maravillas

Este síndrome se caracteriza por percibir la imagen corporal y del tamaño, forma, distancia o relaciones espaciales de los objetos de manera distorsionada. También se da el caso de percibir el transcurso del tiempo de manera diferente. Por suerte, estos episodios de distorsión son breves e infrecuentes, aunque no por ello dejan de ser alarmantes.

En los dibujos animados Alicia sufre alucinaciones visuales constantes, alucinaciones que pueden ser parecidas a la sensación de tomar LSD u hongos alucinógenos.

 

Los dibujos animados, de una manera sutil, dan a conocer enfermedades que no todo el mundo conoce.

 

Un diagnóstico de trastornos y enfermedades raras puede curar o mejorar la calidad de vida del paciente.

 

Ariel y el síndrome de Diógenes

El síndrome de Diógenes, a diferencia de lo que le sucede a Ariel en La sirenita, suele afectar a personas mayores. ¿Cuáles son los síntomas? Se descuidan los hábitos de alimentación y de higiene, se aísla socialmente y al mismo tiempo se acumula todo tipo de objetos, basura incluida.

Ariel es una sirena que, aunque no se aísle de la sociedad, sí que le encanta recoger todo tipo de utensilios que van apareciendo en los barcos hundidos, como es el caso de cucharas, tenedores, candelabros…

 

Pocahontas y la Sinestesia

La persona que padece sinestesia tiene interferencias de varios tipos de sensaciones de diferentes sentidos de un mismo acto perceptivo. De esta manera, una persona con sinestesia puede, por ejemplo, ver sonidos u oír colores.

En una de las canciones, Pocahontas detalla claramente cómo son los colores del viento, un hecho que no puede describirse ya que el viento carece de colores.

 

El Príncipe Encantador y la Prosopagnosia

La Prosopagnosia es un tipo específico de agnosia visual. Esta enfermedad se caracteriza por la incapacidad de reconocer los rostros, algo muy parecido a lo que le sucede al Príncipe Encantador cuando no reconoce a Cenicienta y sólo puede asegurarse de que es ella al encajar su zapato perdido.

 

Rapunzel y el trastorno bipolar

El trastorno bipolar es una enfermedad mental muy preocupante en los que se aúnan episodios como la depresión o la manía. Influye en el estado de ánimo, pudiendo pasar de la felicidad a la depresión en un momento.

La historia de Rapunzel es la de una princesa que vive encerrada en la torre de un castillo, y todo porque la quien piensa que es su madre le dice que el exterior es peligroso. Cuando un joven ladrón le convence para salir de la torre se pone muy feliz, aunque a los pocos segundos tiene remordimientos por haber desobedecido a su madre.

 

El trastorno de Peter Pan

Por norma general no nos gusta crecer, pero en los casos más extremos se asocia al trastorno de Peter Pan. La primera definición la realizó Dan Kiley, un psicólogo norteamericano que definió así a las personas que no sabían o no podían renunciar a ser hijo para empezar a ser padre.

En la historia de Peter Pan, y tras recibir la visita de Campanilla, vemos cómo nos movemos al mundo de Nunca Jamás, un mundo en el que los niños nunca envejecen.

 

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