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Cuáles son las secuelas de un ictus cerebral

Los adultos o adultos mayores vivimos expuestos a sufrir un ictus cerebral. Es una afección que, por desgracia, cada vez es más común en este sector de la población. Debido a ello, en este artículo queríamos explicarte cuáles son las secuelas de un ictus cerebral (ACV).

Tras sufrir un accidente cerebrovascular debemos ser precavidos y no tomar decisiones precipitadas. Pese a sus secuelas iniciales, la paciencia y fuerza de voluntad deben estar presentes para ayudar a nuestro ser querido. A continuación te contamos qué es un ACV, por qué se produce un ictus cerebral y qué secuelas son las más comunes.

Qué es un accidente cerebrovascular o ACV

Un accidente cerebrovascular, conocido por las siglas ACV y al que comúnmente nos referimos como ictus cerebral, viene provocado por una rotura o taponamiento del cerebro en una arteria. Los que provocan este taponamiento en las arterias, normalmente son los coágulos u otras partículas. Los vasos sanguíneos que suministran sangre al cerebro se ven afectados, lo que causa grandes complicaciones. De hecho, los ictus cerebrales son una de las principales causas de invalidez en adultos mayores y que, de manera frecuente, puede provocar la muerte.

 

¿Por qué se produce un ictus cerebral?

Generalmente, un ictus cerebral viene acompañado de hipertensión arterial o arterioesclerosis. Normalmente, el atasco de una arteria es la causante, pero hay ocasiones en las que un ictus se puede producir por un trombo en las venas cerebrales. De ahí que después pueda desencadenar en una hemorragia cerebral causada por una rotura del vaso sanguíneo.

 

Cuáles son las secuelas de un ictus cerebral

Las secuelas después de un ictus pueden tener muchos grados, de modo que pueden ser permanentes o, con la rehabilitación adecuada, pueden llegar a desaparecer. Son 3 los problemas a los que nos podemos enfrentar tras un accidente cerebrovascular: problemas físicos, psicológicos y una afectación cognitiva.

Comencemos a explicar cuáles pueden ser los problemas y las secuelas que puede haber después de un ACV.

 

Trastorno en el lenguaje

La persona que ha sufrido un accidente cerebrovascular puede tener dificultades para articular las palabras. Al mismo tiempo, puede ocurrir que sea incapaz de comprender el lenguaje. Del mismo modo, en muchas ocasiones no puede comunicarse debido a la incapacidad para pronunciar las palabras. A la primera afección se le conoce como disartria, mientras que en el segundo caso hablamos de afasia. Por último, en el momento que el paciente no puede decir ninguna palabra, nos referimos a mutismo.

¿Y qué podemos hacer si tenemos dificultades en el habla? Si después de un ictus existen alteraciones del lenguaje, lo más recomendable es acudir al logopeda. Estos profesionales son las personas más cualificadas para valorar la situación y determinar cuál puede ser el tratamiento.

 

Depresión y ansiedad

Las alteraciones en el estado de ánimo de las personas que han sufrido un ictus son recurrentes. El proceso de rehabilitación es difícil y tanto la depresión como la ansiedad pueden hacer mella en tu ser querido. Como familiares y amigos, debemos dar todo nuestro apoyo, pues es frecuente que sufran cambios repentinos de humor o se vuelvan irritables debido al ACV.

Ante la duda, debemos acudir al médico para determinar en qué estado emocional se encuentra nuestro familiar. Su estado de ánimo puede hacer que su recuperación sea más lenta, por lo que hay que tomar medidas cuanto antes.

 

Incontinencia urinaria

No sucede siempre, pero hay ocasiones en los que el adulto o adulto mayor puede padecer incontinencia urinaria. Debes saber que, tu ser querido, puede sufrir este problema de manera transitoria, aunque si las secuelas han sido importantes, pueden llegar a ser irreversibles. Ante esta situación, nuestra recomendación es seguir las pautas del médico.

 

Trastorno de la sensibilidad

La pérdida de sensibilidad es una secuela que puede estar asociada a un ictus cerebral. Hay ocasiones en las que se pierde la sensibilidad en una parte del cuerpo, mientras que en otras se pueden experimentar hormigueos. En la zona donde se pierde sensibilidad es probable que también se pierda movilidad. Al no ser capaces de sentir dolor, hay que extremar las precauciones con las posibles quemaduras o heridas que puedan surgir sin darnos cuenta.

 

Deterioro cognitivo

En algunas ocasiones, un ictus cerebral puede disminuir nuestras capacidades cognitivas. Esto hará que nuestra orientación, atención, memoria o planificación de tareas sea peor. En estos casos, para valorar el grado de deterioro es bueno realizar con el médico algunos test.

 

Falta de fuerza

Un accidente cerebrovascular puede provocar plejia. Esto es, una pérdida de fuerza que hará disminuir la movilidad. En el caso de que la pérdida de fuerza sea más severa, se puede sufrir parálisis, lo que provocará que no se pueda mover la parte del cuerpo afectada, o perdamos el control del movimiento.

 

Dificultad para tragar

Después de haber sufrido un ictus, podemos experimentar disfagia. Esto es, dificultad para tragar. La alimentación es muy importante por lo que, en la mayoría de casos, hay que cambiar la dieta diaria. De este modo se evita la deshidratación y desnutrición, pues la nueva dieta permite tomar alimentos que sean más fácil de tragar y de digerir. Cuando la dificultad para tragar sea mayor, habrá que recurrir a una sonda para poder alimentarse apropiadamente.

 

Caídas

Tras sufrir un ACV, es normal tener menos estabilidad en las piernas y en el cuerpo, lo que se traduce en posibles caídas. Ante esta situación, lo primero que se debe hacer es evitar todas las barreras que pueda haber en la casa. Hablamos de alfombras, objetos en el suelo, elementos innecesarios… Por otra parte, el hogar se debe adecuar a la persona, pues ya no va a tener el mismo equilibrio. En este punto, por ejemplo, es conveniente sustituir la bañera por un plato de ducha al que se puede añadir una silla de plástico.

De lo que se trata es de evitar a toda costa las caídas, ya que puede provocar problemas más severos.

 

Espasticidad

En el momento que algunos músculos del cuerpo se contraen, aparece la espasticidad. ¿Y cuál es la consecuencia de sufrir espasticidad? Existen varios síntomas, entre los que se incluyen las contracturas, la rigidez, la dificultad para realizar algunos movimientos y el dolor. La espasticidad puede desaparecer y no llegar a necesitar tratamiento cuando es leve. Cunado se agrava, no obstante, será necesario tomar medicinas y acudir a un especialista.

 

Trastornos visuales

Los trastornos visuales pueden ser comunes, perdiendo en muchos casos la mitad de nuestro campo visual. Esta afección se puede corregir, o al menos compensar, girando la cabeza para mirar al lado dañado. Este problema se conoce como hemianopsia, y hay que tener cuidado porque puede provocar las caídas que debemos tratar de evitar.

 

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