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Trastornos de sueño en el hospital

Los trastornos de sueño en el hospital son comunes, aunque poco reconocidos, en pacientes hospitalizados. Esto puede tener consecuencias indeseadas en la conducta y en el sistema fisiológico del paciente.

Tras un ingreso hospitalario, es fundamental conocer las funciones y tareas del acompañante de hospital. De esta manera, puedes ayudar a tu ser querido de una forma más eficaz.

Patrón de los trastornos de sueño en el hospital

Habitualmente, el patrón de estos trastornos del sueño en pacientes ingresados tiene que ver con la reducción del tiempo total del sueño. Además, debido a las interrupciones derivadas de la actividad médica y la vida que tiene un hospital, el sueño se fragmenta y se debilita con mayor facilidad. La privación de sueño puede propiciar cambios en el metabolismo, en el sistema inmunitario y en la función cardíaca. Y también puede tener un impacto psicológico y conductual negativo en el paciente.

Dormir bien es crítico para la salud y el bienestar de las personas. Además de relajar, el sueño regula algunas de las funciones cognitivas más importantes del cerebro como puede ser la memoria. Por ello, es crucial que los pacientes hospitalarios gocen de un sueño eficiente y de alta calidad, además de una duración adecuada. Un sueño de mala calidad aumenta el riesgo de padecer efectos adversos en la salud, que van desde enfermedades cardiovasculares hasta deterioro cognitivo, pasando por la depresión.

Los trastornos del sueño son más habituales en aquellos pacientes que se encuentran ingresados en la unidad de cuidados intensivos (UCI). Los enfermos en estado crítico experimentan, en la mayoría de los casos, factores que se entrecruzan con las posibles alteraciones del sueño preexistentes. Es el caso de enfermedades graves, intervenciones médicas que interrumpen el sueño o el propio entorno de la UCI.

 

Razones del trastorno de sueño en hospitales

Las razones que dificultan un sueño eficiente en el hospital son variados. Van desde factores comunes hasta factores emocionales del propio paciente, sin perder de vista el dolor que se pueda sufrir después de una intervención quirúrgica. Así, una cama incómoda puede ser el origen de que el paciente no duerma de manera continua. Además aparecen otros factores externos como pueden ser el ruido del hospital:

  • Alarmas.
  • Máquinas médicas.
  • Conversaciones de personal en el pasillo.
  • Un compañero de habitación que ronca.
  • Interrupciones nocturnas para medir los signos vitales, como la tensión o la temperatura.
  • Las extracciones de sangre.
  • La administración de los fármacos requeridos.

 

Para prevenir, o paliar, la aparición de trastornos del sueño derivados de una hospitalización, lo mejor es comunicarle al médico el problema. El profesional sanitario podrá evaluar si son necesarios medicamentos para controlar el dolor, para inducir al sueño o para determinar si el problema se puede paliar con otras soluciones.

 

Consejos para los trastornos de sueño en el hospital

A continuación te ofrecemos algunos consejos prácticos para tratar de conciliar un sueño sanador por las noches durante una hospitalización:

 

Regular la luz

Los ciclos circadianos se rigen a través de la luz. Por ello, trata de iluminar bien, a poder ser con luz natural solar, la habitación durante el día. Por la noche, puedes reducir las luces al mínimo posible. De esta forma, aunque estés encerrado y no tengas acceso al exterior durante todo el día, tu cuerpo podrá continuar con los ciclos de sueño normales.

 

Lleva todo lo que puedas necesitar de casa

A menudo, unos tapones para los oídos y un antifaz son la clave para que el entorno no perturbe tu sueño. También puedes llevarte tu almohada, esa con la que estás acostumbrado a dormir, y así reducir los cambios en el entorno. Si tienes un móvil o una tablet, puedes usarla para escuchar música relajante o un audiolibro. Pero eso sí, trata de no mirar pantallas poco antes de dormir, puesto que son excitantes y estimulan la actividad cerebral en vez de disminuirla. En este sentido, leer en papel o en pantalla de tinta electrónica antes de dormir puede contribuir a conciliar el sueño.

 

Camina todo lo que puedas

Cuanto más cansado estés al terminar el día, mejor y más profundo será tu sueño. Siempre que tu diagnóstico te lo permita, da paseos por el hospital e intenta ejercitar tu cuerpo. Evitar las siestas durante el día también ayuda a conciliar el sueño nocturno con mayor rapidez.

 

Habla con el personal sanitario

Pregunta si es posible cambiar la programación de tu medicación si está prevista para una hora intempestiva. Si es posible, el personal del hospital tratará de cambiar la programación para que no sea necesario la administración de fármacos en una hora en la que no tengan que despertarte.

 

Evita consumir bebidas estimulantes

Por último, pero no por ello menos importante, cuando se acerque la hora de dormir trata de evitar bebidas con sustancias estimulantes. Entre estas bebidas, se encuentran las siguientes:

  • Café.
  • Bebidas con gas como los refrescos.
  • Té.
  • Bebidas con alto contenido de azúcar.

 

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